miércoles, 6 de julio de 2011

Perdonar



Para transitar algunos dolores, para poder abrirnos a ellos hay que animarse a perdonar. Perdonar es soltar la culpa, dejarla ir. La culpa es un ancla que nos detiene. Al perdonar, al soltar la culpa, nos soltamos nosotros. Nos permitimos avanzar. Castigarnos una y otra vez por algo que no podemos cambiar nos detiene en el tiempo nos hace deviles. Hay que salirse de la huella, de esos pasos que nos llevan una y otra vez al mismo camino. Perdonar, perdonarse, es crecer. Hay que animarse a avanzar, a no repetir las mismas respuestas a los mismos problemas. No perdonarnos es nuestra forma de castigarnos. Perdonar es más que perdonar a otro, es entender que no somos culpables de los errores de otros. Cuando volvemos al mismo sentimiento buscamos la chance de cambiar lo que pasó. Un imposible. Hay deseos muertos, que nos atan, nos detienen en el camino. Están los otros, los que nos empujan, los que nos abren el camino. Los deseos muertos quieren cambiar lo que no se puede cambiar. Nos hacen mirar atrás, niegan el perdón y la posibilidad de perdonar. Perdonar es dejar en el pasado lo que es el pasado. Es acomodar ese trauma en donde corresponde. Es reconstruir desde las ruinas. Es cerrar esa puerta. Es dejar que el tren avance. Es volver a jugar el partido. Es afirmar la propia identidad. Es animarse a ser otro. Es superar nuestros miedos. Es luchar contra nuestros demonios. Es reencontrarse con uno mismo. Perdonar y perdonarse es soltar eso que nos tiene detenidos en el tiempo, y al fin poder avanzar.

1 comentario:

  1. muy bueno el punto de vista y los recrsos que usas para ponerlo en claro.
    Yo pienso que asi como hay manchas que no se van, hay perdones que nunca llegan, y está bien.

    Saludos!.

    ResponderEliminar